La Internación Domiciliaria contribuye al retorno del paciente a su casa, en una situación de mayor control y afecto, con menos incertidumbre y evitando infecciones intrahospitalarias.
Según datos de la OMS, entre el 5% y el 10% de los pacientes que ingresaban en hospitales en los países desarrollados, contraían infecciones que algunas veces son causa de muerte del paciente.
Esta disciplina se presenta como una alternativa superadora que beneficia la recuperación ya que permite, entre otras cosas mejorar la calidad de vida del paciente, tener una participación activa en el proceso curativo (tanto del enfermo, como de la familia) y una atención a cargo de un mismo equipo de salud.
Además, dicho sistema no altera las funciones del grupo familiar, evitando a la vez la internación sanatorial innecesaria. Reduce la tasa de reinternaciones y los tiempos de internación, al posibilitar el alta precoz y garantizar la continuidad asistencial. Cada paciente tiene un programa de atención predefinido. Por lo general, en los días previos al alta de una internación institucional, que indica qué profesionales lo atenderán y de qué manera.
El programa de atención inicial es definido con frecuencia por el médico que lo atiende en el sanatorio u hospital y luego es modificado de acuerdo a la evolución del paciente. Cada persona es evaluada en forma programada por un médico coordinador, un enfermero, y un asistente social.
En general, se trata de pacientes que han sido dados de alta de las instituciones hospitalarias, pero que deben continuar recibiendo una atención en el domicilio, que va mucho más allá de la atención de enfermería. Se cuenta con un equipo multiprofesional e interdisciplinario, y aplicando la tecnología y los métodos adecuados, permite asistir a pacientes que requieren cuidados de baja, mediana o alta complejidad. Es importante que ante una solicitud de internación domiciliaria se evalúe al paciente en la parte médica y en el contexto psicosocial para ver si se puede brindar o no el servicio para luego ver qué necesidades médicas y de tratamiento se requieren.
Hace 20 años cuando se inicia esta actividad en un contexto histórico, social y económico adverso de la Argentina, donde pensar que nuestros sueños y visión eran una verdadera utopía. Hoy se puede afirmar que la perspectiva del desarrollo de esta actividad fue acertada. El objetivo consiste en mejorar la calidad de vida de los pacientes, es por ello que se contempla todas las necesidades que requieren en su proceso de convalecencia, recuperación y rehabilitación; como también el acompañamiento de las personas en aquellas patologías crónicas irreversibles o en el período terminal de su vida.